jueves, 16 de diciembre de 2010

Jesse Owens, el hombre que silenció Berlín


Jesse Owens (Estados Unidos)
James Cleveland Owens nació el 12 de septiembre de 1913 en Danvilla (Alabama) y para muchos representa al atleta más grande de todos los tiempos. Realizó sus estudios en la Universidad de Ohio, cuando ya destacaba en sus saltos en largo, y en las carreras de 100 metros y las de 220 yardas.

El 25 de mayo de 1935, en una reunión atlética celebrada en Ann Arbor, estalló toda la fuerza de Jesse Owens. En poco menos de una hora el "huracán negro" batió los records mundiales de 200 metros, 220 yardas en recta (20''3), 200 metros con vallas, 200 yardas con vallas en recta (22''6), y salto en largo (8,13 metros). A Owens aún le quedaron fuerzas para igualar el récord de las 100 yardas (9''4). Y como era de esperar, esa producción impresionante lo colocó como uno de los máximos favoritos para la medalla dorada de los Juegos el año siguiente.

Cinco años después nadie podía con él en los 100 metros, dentro de los EEUU. Atrás quedaba una dura infancia en las plantaciones de algodón, donde solía trabajar junto a su padre y sus siete hermanos.

Owens siguió entrenándose hasta que llegaron las Olimpíadas de Berlín. Allí, en un estadio olímpico engalanado con millares de cruces esvásticas, brazos en alto y oropeles nazis, Jesse Owens doblegó a la raza aria y humilló a su canciller, Adolf Hitler, con sus cuatro medallas de oro.

Primero ganó los 100 metros, delante de Ralph Metcalfe, en 10,3, el 3 de agosto. Al día siguiente, en una memorable prueba de salto en largo, Owens le iba ganando al alemán Lutz Long, que sólo había logrado 7,73 metros. Long saludó a Hitler con el brazo en alto, cuando consiguió 7,87 metros, igualando el primer salto de Owens. Con el segundo mejor salto, Long parecía tener la medalla de oro en el bolsillo. Pero en la última tentativa, Jesse saltó 7,94, venció a Long y provocó que Hitler se retirase apresuradamente del estadio para no tener que entregar la medalla de oro a un atleta de color.

Al día siguiente, Owens venció en 200 metros, con 20,7, delante de Matthew Robinson y, más tarde, completó su grandeza con la cuarta medalla de oro, al batir el récord del mundo en el relevo 4 x 100 metros con sus compatriotas estadounidenses: Metcalfe, Foy Draper y Frank Wykoff con tiempo de 39,8 segundos.

El más grande atleta de todos los tiempos murió en Tucson (Arizona, EE.UU) el 31 de marzo de 1980, a la edad de 22 años.

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